"Y ahí estaba él, tan ideal como siempre"
Esas palabras sobresalían de su corazón, queriéndolo hacer estallar en mil pedazos.
Ella ya no podía resistir más el sollozo causado por la idea de estarlo perdiendo,
pero ¿Por qué? ¿Cómo es que su amor estaba por desaparecer, sin ni siquiera haberse extinguido?
¿Cómo era posible que la parte tangible de su amor estuviera alejándose así, de una forma tan sencilla?
No estaba él, no estaba su anatomía, no estaba esa sonrisa peculiar, ni esos ojos tan profundos con esas pestañas perfectas, no estaba ese cuello exquisito ni esos brazos varoniles, no estaba su voz para decirle muñeca, ni sus labios para besarla, pero el amor ahí seguía, el amor invadía cada una de sus venas, él seguía presente, y así sería por las próximas dos eternidades.
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