Me levanté de mi cama. Mis pies descalzos tocaron la sucia alfombra ¡Hacía tanto que no limpiaba! Entre la escuela, el amor y otras adicciones, no me había quedado tiempo para mis pobres muebles.
Dí un par de pasos, dirigiéndome al ventilador. Lo prendí y lo giré hacia mi cama. Regresé y me acosté viendo el techo.
Me puse a reflexionar sobre la situación del país. Caí en la cuenta de que por primera vez en más de 100 años, estamos actuando como un pueblo unido; esto se parece mucho a una Revolución.
Esta Tiranía que lleva años burlándose de nosotros, cada vez se encuentra más débil. Y todo gracias a un numeroso grupo de jóvenes cultos que creen en cosas que van más allá de La Biblia.
Todo iba bien. Mi monólogo mental acerca de política fluía sin interrupciones. De pronto giré mi cuerpo hacia mi lado derecho, ahora veía mi pared. Mi barbilla casi tocaba mi hombro, cuando comencé a recordar ese día en el que tu boca recorría mi omóplato izquierdo, pasando así por mi hombro, mi cuello, mis lunares y llegando hasta mi boca. Cerré mis ojos, visualicé la tierna escena desde tercera persona. Me di cuenta de que el amor era más que evidente, que habíamos actuado como un par de tiranos que solo buscan su bienestar superficial.
No, no quiero que tu recuerdo y tú vuelvan a irse. No ahora, después de la vida que planeamos, que deseamos. No ahora después de tanto tiempo mal aprovechado, de tantas oportunidades mal gastadas.
Volví a encontrar la felicidad el día que volviste a estar feliz, feliz y conmigo. Conmigo y besándome. Besándome y amándome.
![]() |
...Tu boca recorría mi omóplato... |